En defensa de la soberanía, independencia e integridad territorial de Venezuela
COMUNICADO DE DOCENTES Y TRABAJADORES DEL CEEP
La comunidad académica del Centro de Estudios de Economía Política (CEEP) de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) expresa su más decidida condena al uso reiterado de la violencia amenazante y ejercida por el gobierno de EE.UU contra la República Bolivariana de Venezuela. Al mismo tiempo denuncia -ante el mundo- el irrespeto y violación de los principios del derecho internacional y de sus normas básicas para la convivencia pacífica entre los Estados en que ha incurrido el agresor. Sus acciones agresivas constituyen delitos que ocasionan tensas preocupaciones y limitaciones a las familias venezolanas y latinoamericano-caribeñas en general. Sin pudor alguno el agresor despliega fuerzas militares nucleares para amedrentar a los pueblos que no se dejan someter ni intimidar por ese débil hegemón. Para mostrar su prepotencia amenazante, asesina a pescadores en aguas internacionales o cercanas a costas de nuestros países de la subregión bajo el supuesto de atacar narcotraficantes con el agravante de no actuar apegado al derecho internacional humanitario, ni poseer pruebas a presentar en un debido proceso, así como de ejecutar matanzas extrajudiciales burlándose de las familias agraviadas y de toda la comunidad internacional respetuosa del derecho de los pueblos a la autodeterminación y al ejercicio de la igualdad soberana entre los Estados. La crisis internacional en el mar Caribe la ha acrecentado el agresor actuando como piratas o corsarios ocupando barcos con petróleo venezolano, sometiendo a martirios a sus tripulaciones y familiares, y mofándose de las normas del derecho internacional marítimo.
Proponemos a la humanidad mundial la creación de un tribunal internacional donde se someta al agresor a un proceso donde se respeten y se defiendan los derechos inalienables de los pueblos agredidos y también se le dé al agresor la posibilidad de defensa pero no de justificaciones imperiales. De esa manera la comunidad de Naciones podrá conocer, comprender y pronunciarse fehacientemente contra tales y evidentes violaciones, ejecutadas y confesadas por sus propios autores, quienes poco les importa la legalidad internacional, reconocida y aprobada por el propio agresor hace ochenta años en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y desde 1970 en la Resolución de la Asamblea General (RAG 2625) donde cada uno de los siete principios básicos del derecho internacional fue interpretado basándose en la Carta de ONU, y que fue normada y aprobada por todos los países miembros, incluido el actual gobierno agresor de EE.UU.
Usar la violencia para tratar de imponer una solución, injerir e intervenir en los asuntos internos de otros países como lo hace a diario el presidente estadounidense, acudir a la guerra para alcanzar objetivos geopolíticos como lo señala su ministro de la guerra, amenazar económica y militarmente a otros gobiernos, emplear mercenarios para atentar contra la integridad territorial de otro país, tal y como lo han hecho los gobiernos de EE.UU, así como no cooperar con el otro adversario como lo manda la Carta y la RAG 2625 y tratar de suscribir contratos o tratados de mala fe, son VIOLACIONES al derecho internacional público y el agresor debe ser sometido a la ley internacional, cuanto antes mejor.
Además, esa Carta de la ONU o “de San Francisco”, denominada así por el propio anfitrión y actual evidente agresor de pueblos, él mismo la quiere desconocer haciendo prevalecer la práctica violenta, amparado en la tristemente célebre doctrina Monroe, con lo cual se enfrenta a la comunidad de Naciones del Sur Global, constituida por diferentes organismos internacionales que significan el mayor potencial humano y material que ha tenido la humanidad para poder corregir los desastres ocasionados por el agresor, sus supuestos aliados y sus súbditos sometidos a chantajes, sobornos o mediante amenazas de procesos en que se judicializa la geopolítica para lograr objetivos deleznables como ese del “cambio de régimen” o de “evitar el avance del socialismo”, entre otros.
Reconocemos la digna, pertinente, viable y sostenible política exterior soberana y las políticas públicas del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela tendientes a proteger profundamente e impulsar el fortalecimiento del potencial de la Nación donde se funden los inmensos recursos materiales con la voluntad y decisión de las fuerzas humanas que los transforman, en los espacios y territorios integrales de toda la República. En eso radica la esencia de la defensa de la Soberanía al ejercerla el pueblo para garantizar la independencia, la libertad y la integridad territorial ante las apetencias y amenazas externas.
Al comprender todo ello, abogamos porque todas las fuerzas transformadoras con que cuenta la Patria amenazada y todas sus amistades en el mundo se sumen a la propuesta de Tribunal, y a las denuncias, las condenas, las acusaciones contra el agresor imperialista quien también reprime, menosprecia y confunde a su sociedad con fantasiosas narrativas, mentiras noticiosas o con justificaciones malsanas para tratar de lograr el consenso de la guerra de invasión a otros países. Respetamos al pueblo estadounidense y nos solidarizamos con él porque sabemos de sus penurias, represiones y maltratos desiguales a que han sido sometidos -desde el poder de las élites gobernantes- sus sectores de clase y sus propias instituciones.
Venezuela y los pueblos del Sur saben que ya cuentan con el respaldo de sus grandes potencias aliadas como China, Rusia, India, Brasil, Suráfrica que vienen emergiendo con ejercicios de poder contrahegemónico desde hace más de dos décadas. Hoy apreciamos sus logros y sus retos. Experiencias de ello se acumulan, muchos y variados conocimientos se van articulando, vivencias con valores y profunda ética de la solidaridad continúan cultivando las culturas de nuestros pueblos. Ninguna potencia imperialista con fines bélicos podrá vencer a más del noventa por ciento de la humanidad que desea paz y prosperidad en los próximos años.
Estamos transformado la realidad como nunca antes se hizo en Venezuela, abogando por la paz y preparándonos para defenderla al precio que sea necesario. En este tiempo navideño las familias se preparan para festejar la vida, la paz, la seguridad, el amor y la amistad, en que en la Nueva Era aflora nuevas esperanzas y la humanidad va logrando ese ansiado destino y futuro compartido de esplendor y felicidad virtuosa.
¡Hasta la Victoria Siempre Hermanas y Hermanos!
Comunidad de Profesoras, Profesores y Trabajadores del CEEP.
Coordinadores del Comunicado: Ernesto Wong Maestre, Rosalba Álvarez G., Reinaldo Tamaris, Elizabeth Pinto, Esteban Montilla, Luis R. Álvarez, Betsay Yanez, Luis Sánchez, Yelitza Muria, Luis Figuera y Rander Rodríguez.
Caracas, 23 de diciembre de 2025

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